Nuestro planeta ha estado
plagado y lo sigue estando de mentes brillantes pertenecientes a pintores,
escultores, científicos, arquitectos… que han dejado su huella en la historia
con una acción, un descubrimiento, un invento o una obra de arte. Lamentablemente, hay muchos cuadros que se estropean, esculturas que se
desgastan y edificaciones que se caen. Por ello el ser humano ha buscado
maneras de conservar estas reliquias, descubriendo así diferentes maneras de
evitar que el tiempo pase factura a estos objetos.
Pero de todas las formas de
conservación la que se lleva el premio es la utilizada en la capilla sixtina,
esta sala como ya sabréis contiene frescos de hace 500 años pintados por Miguel
Angel. En la ultima década el número de visitantes se ha visto duplicado, llegando
hoy en día a los 5 millones de turistas al año, esto hace que las pinturas se
deterioren debido a la suciedad y a que la presencia de tanta gente altera la
temperatura de la estancia. Para evitar esto se ha decido que cada persona que desee verlos debe pasar primero por
una alfombra especial que limpia los zapatos, después por unos potentes
aspiradores que retiraran todas las partículas de polvo presentes en al ropa y
por último entrar en una sala donde se reduce la temperatura corporal y el
nivel de humedad de cada persona. "Porque
polvo, temperatura, humedad y anhídrido carbónico son los grandes enemigos de
los frescos", explicó en una entrevista el director de los Museos
Vaticanos. Después de todo este proceso ya se puede entrar en la capilla
sixtina.
FUENTES: