Todas las historias escritas de vampiros desde Drácula (1897)
hasta las Saga de Crepúsculo (2005), tienen su parte real que afirma que estos
seres pudieron existir y que siguen existiendo, aunque no como nos los
imaginamos.
Los relatos sobre chupasangres se originan en torno al siglo XVIII,
en este periodo de tiempo más concretamente entre 1721 y 1728 Europa sufría una
epidemia de rabia.
La rabia es una enfermedad que se transmite a los humanos
normalmente por un mordisco producido por un animal contagiado. Las personas
con dicha enfermedad presentan una serie de síntomas que concuerdan con algunas
características de los vampiros:
- Su personalidad
puede volverse violenta, haciendo que ataque a otras personas (lo que explica
porque se les describe como asesinos).
- Causa
insomnio (los vampiros salen por la noche).
- Espasmos
musculares en la cara que provocan que el paciente emita sonidos roncos y
ahogados y que enseñe los dientes como si fuera un animal.
- Se
alteran con estímulos muy fuertes como: luz brillante (lo que podría explicar
porque a los vampiros les daña el sol), agua, olores fuerte como el ajo y la
cebolla (se les ahuyenta con ajo).
- Pesadillas y
alucinaciones.
Hay
otra enfermedad llamada la porfiria que también tiene síntomas similares, el
único problema es que esta enfermedad es muy extraña por lo tanto se da en muy
pocas personas y no nos sirve para explicar la plaga de supuestos vampiros que
hubo en la Edad Moderna.
De
esta información que cada uno saque sus propias conclusiones, mi opinión es que
la gente seguramente confundió a las personas contagiadas por la rabia con unos
seres que mataban a otras personas, no salían por el día o reaccionaban como
bestias al ajo, a la luz... Esta información al pasar de generación en
generación sufrió cambios y fue exagerada, llegando a la figura que
tenemos de ellos hoy en dia. Porque la idea actual que los vampiros no se ven reflejados en los
espejos o que pueden volar es menos creíble.
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