El castellano esta formado
aproximadamente por 80.000 palabras sin contar verbos conjugados ni
terminología científica o técnica. Cada una de ellas ha tenido su propia
evolución hasta transformarse en la palabra que conocemos actualmente. La
mayoría de nosotros desconocemos los orígenes de la mayoría de ellas, y aunque
los estudiáramos seguramente nunca llegaríamos aprendernos todos. Por ello os
voy a hablar de palabras que tienen una etimología curiosa:
Gilipollas: Es una palabra que hoy en día significa tonto,
idiota… Aproximadamente en el siglo XVI, vivía en Madrid un hombre llamado
D.Gil Imón, era un señor bien posicionado en la sociedad, rico, que le gustaba
codearse con gente importante. Así pues, cada vez que asistía a una reunión, lo
hacía acompañado de sus dos hijas, ellas, al contrario que él, eran bastantes
“tonticas”, o por lo menos eso se decía, además de ser poco agraciadas. Al las
muchachas de esa época se las llamaba “pollas” (en la RAE sale como la 4ª acepción),
por lo tanto cada vez que anunciaban que llegaba D.Gil Imón a una reunión lo
hacían así: “aquí llega Gil (Don
Gil) y pollas (sus dos hijas)”. La
mayoría de las veces que se hablaba de Gil
y sus pollas era para referirse o burlarse de cómo era posible que un
hombre así tuviera unas hijas tan “cortas”.
Testificar: Hoy en día en los juicios los testigos juran que
dirán la verdad sobre la
Biblia. En la antigua Roma cuando los hombres tenían que
hablar ante un tribunal para prometer que no mentirán en vez de hacerlo sobre
un libro sagrado, se cogían los testículos y prometían por ellos que no iban a
mentir.
Testículo
proviene
de testiculus, compuesto de testis (testigo) y el sufijo culus, que se usa como
diminutivo. Así que los testículos son los pequeños testigos. Y de la palabra
testigo deriva la palabra testificar.
Cursi: Es una adjetivo que se atribuye a las personas que intentan
ser elegantes y refinadas sin conseguirlo y que acaban haciendo el ridículo. En
Cádiz se asentó una familia ricachona apellidada Sicour, sus hijas iban siempre
adornadas de manera excesiva y provocaban risas en la población, que empezó a ponerles motes y uno de ellos era su
apellido al revés Coursi, que como sabréis la “ou” en francés se pronuncia “u”
y al final este apodo se extendió y paso a ser un término general.
Canguro: Unos occidentales fueron de viaje a Australia y preguntaron a los autóctonos como se llamaba el animal que estaban viendo (estaban viendo un canguro), el australiano le respondio en su lengua "Kan Ghu Ru" que significa no entiendo, los turistas se pensaron que se llamaba así y de allí proviene nuestra palabra.
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